El proyecto de El Faradio tiene ya unos cuantos años, dos jóvenes
periodistas, Óscar Allende Carreño y Guillém Ruisánchez de Isasi fundan
por a finales de 2012 un digital llamado El Faradio a través de la
empresa New Media Cantabria Sociedad Limitada (limitada a Óscar y
Guillém, claro) en la línea de la época, que vivía las consecuencias de
la crisis de 2008. Al digital sumaron un programa de radio que ha ido
variando de nombre y emisora en todos estos años.
Empezaron con las ganas de quien se quiere comer el mundo y las ideas
propias de los principiantes no maleados: periodismo comprometido,
transparente, independiente, imparcial, apartidista... eran los chicos
nuevos que iban a destapar los trapos de la vieja política en Cantabria
tirando de la profesionalidad y las ganas que aporta la sangre nueva.
Investigando lo que hubiera que investigar y cayese quien cayese. Ya
saben, un proyecto de esos que hace ponerse en guardia a los
apoltronados políticos de turno "el periodismo que cuenta", lo llamaban.
Poco a poco fueron tejiendo una red de colaboradores e incluso llegaron
a contar con sus propios becarios y al menos una empleada (
Eva Mora Fernández).
Fueron pasando los años y parecía que los chicos seguían firmes en sus
convicciones, incluso en 2014 llegaron a dedicarnos un artículo de lo
más imparcial a raíz de una campaña que hicimos en
defensa del comercio local,
pero se conoce que de ganas y objetividad no se come y poco a poco
empezaron a virar su postura hasta el punto que nos empiezan a
llegar noticias de que tanto en su digital, como en su programa de radio
empiezan a mentarnos con asiduidad y repiten como cacatúas los mantras y
bulos con el inconfundible sello de algún conocido
ultra izquierdista
(racistas, xenófobos, violentos...), sin aportar ningún tipo de prueba
ni verdad. Además, parece que encuentran su nicho alimentando las causas
de las que la izquierda de moda hace bandera, como los refugiados, el
cantabrismo, ecologismo de todo pelaje, "lo público", los elegetebei…
empiezan a transformarse en una especie de tablón público en el que
copian toda la amalgama de mensajes de asociaciones y partidos de su
cuerda sin el menor atisbo de filtro o crítica. Hasta el punto que desde
que organizamos
la Galerna en 2017 se
erigen en los principales altavoces de todas estas asociaciones,
sindicatos, partidos, asambleas y plataformas de izquierda y extrema
izquierda para coartar nuestra libertad de expresión con la excusa de
agitar los mantras antes citados.
La estrategia es simple, seguir
las indicaciones
de toda esta amalgama por medio de la presión a través de todos los
medios y redes sociales a su disposición para que no podamos acceder a
ningún espacio en el que expresarnos, ya sea público o privado. Incluso
promocionando actos y manifestaciones en donde previamente habíamos
hecho una convocatoria con el fin de presionar a la Delegación de
Gobierno o a las entidades a las que alquilamos el espacio.
Que
se enteran que vamos a dar unas conferencias de un hotel, allí están
ellos para reproducir la campaña de coacciones y amenazas en forma de
ciberfirmas, e-mails, llamadas y comentarios negativos en redes sociales para que cedan a la presión y
nos nieguen la sala que teníamos contratada y pagada.
Que
vamos a hacer una charla de algún tema cultural en el
Ateneo de Santander, del que
somos socios de pleno derecho y pagamos cuotas religiosamente y donde
hemos hecho casi una decena siempre con buena acogida de público y sin
ningún problema, pues ya están los chicos de
El Faradio politizando el asunto y
tratando de asustar a sus administradores.
Que
queremos hacer algo en una sala de la Universidad de Cantabria (como
puede hacer cualquier asociación cultural que tenga algo que ofrecer),
pues ya está de nuevo la pareja de El Faradio promocionando la campaña
habitual para que
nos la nieguen.
Que queremos hacer un acto o manifestación en la calle para
proclamar la unidad de España poco después del referéndum, pues de nuevo los chicos de
El Faradio hacen de voceros
metiendo caña a delegación de gobierno para que no nos dejen hacerlo y promoviendo contramanifestaciones no autorizadas.
La
verdad, estamos bastante curtidos y acostumbrados a críticas gratuitas,
facilonas y vacías, pero detrás de las mismas siempre suele haber
alguna tara o interés; y estos tipos, al menos al principio, no parecían
responder a este patrón. Entonces, ¿Por qué la habrán tomado con
nosotros los chicos de El Faradio? Pues gracias a la web
contratosdecantabria.es hemos despejado nuestras dudas.
Nos ha dado por enredar un poco y resulta que a través de su productora
New Media Cantabria S.L. aparecen nada menos que
diez contratos por valor de 8.171€ por campañas de todo pelaje, desde publicitar sobaos y quesos hasta una “
Campaña de Sensibilizacion sobre Derechos Humanos y Desarrollo Humano Sostenible en Radio y Prensa Digital”
(ojo, aquí están solo en los contratos con el Gobierno de Cantabria
desde 2016). Pero ya puestos, seguimos enredando y resulta que del
Parlamento de Cantabria,
también chupan
desde 2014 cerca de 2.000€ al año entre la radio y el digital “para
fomento del conocimiento del parlamento y las actividades
parlamentarias”. A esto hay que sumar las subvenciones que pillan de los
ayuntamientos, tanto directas como a través de otros entes como la
Fundación Santander Creativa, con la que han apañado varias cosas, el
Palacio de Festivales o sus incursiones en el mundo de los cursillos (¿les suena de algo?) y talleres que se financian con dinero público, incluido uno sobre la
verificación de bulos (hay que tener la cara tremendamente dura).
Pero
esto no es todo, lo mejor es que siguiendo enredando otro poco más, hemos
llegado a quizás la verdadera razón por la que estos chicos nos atacan
tanto, resulta que Eva Mora Fernández, la ex reportera de
El Faradio, ha
acabado colocada en el Ayuntamiento de Santander
en un puesto de confianza (a dedo) por Unidas por Santander (marca podemita local)
por la nada desdeñable cifra de 15.678,60€. Y la guinda del
pastel, Guillém Ruisanchez de Isasi ha sido
colocado a dedo por el grupo socialista de Santander en el Ayuntamiento como Auxiliar de comunicación a razón de 31.357,20 eurazos ¿Se acuerdan de lo de las puertas giratorias? De pasar de hacer ojitos a los podemitas cántabros cuando estaba de diputado José Ramón Blanco (curioso cómo le trataban de
sacar la cara ante una acusación de acoso laboral tras meses de silencio sobre el asunto) al que seguían llevando a tertulias a pesar de los
indicios apreciados por el juez a cambiar de chaqueta tras las primarias socialistas en las que Pablo Zuluaga (actual vicepresidente) derrotó a Eva Díaz Tezanos, empezó a fluir la pasta por otro lado y los arribistas siempre se apuntan al mejor caballo.
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Ahora es fácil entender por qué los chicos de El Faradio se volvieron con el tiempo tan feroces con
nosotros, que financiamos toda con
nuestra con nuestro dinero y que no chupamos ni un euro de dinero público; mientras eran serviles y
dóciles con los poderosos que manejan los presupuestos, especialmente con los que a la postre les acabaron enchufando y estaban siempre
prestos a seguir su agenda al dedillo.
Estamos hablando
de un chiringuito de primera que se traga miles y miles de euros de
dinero público todos los años, un dinero que gobiernos decentes
seguramente deberían destinar a ayudar a quien lo necesite o a
proveernos de una sanidad o una educación competentes; pero que gracias a
chupopteros vendidos como los de El Faradio, se destinan a
clientelizar a la prensa, a mantenerla mansa y atacar a quienes
realmente no nos dejamos comprar. Desde que empezamos en esto tuvimos
clara una premisa, la mano que da siempre está por encima de la mano que
coge. Y es por ello que vosotros, Óscar y Guillém, solo sois unas
marionetas del poder y nosotros, aunque seamos cuatro gatos y nos
estrellamos cien veces con la misma piedra, podemos dormir con la
conciencia plenamente tranquila.