viernes, 24 de julio de 2020

El chiringuito de El Faradio

El proyecto de El Faradio tiene ya unos cuantos años, dos jóvenes periodistas, Óscar Allende Carreño y Guillém Ruisánchez de Isasi fundan por a finales de 2012 un digital llamado El Faradio a través de la empresa New Media Cantabria Sociedad Limitada (limitada a Óscar y Guillém, claro) en la línea de la época, que vivía las consecuencias de la crisis de 2008. Al digital sumaron un programa de radio que ha ido variando de nombre y emisora en todos estos años.

Empezaron con las ganas de quien se quiere comer el mundo y las ideas propias de los principiantes no maleados: periodismo comprometido, transparente, independiente, imparcial, apartidista... eran los chicos nuevos que iban a destapar los trapos de la vieja política en Cantabria tirando de la profesionalidad y las ganas que aporta la sangre nueva. Investigando lo que hubiera que investigar y cayese quien cayese. Ya saben, un proyecto de esos que hace ponerse en guardia a los apoltronados políticos de turno "el periodismo que cuenta", lo llamaban. Poco a poco fueron tejiendo una red de colaboradores e incluso llegaron a contar con sus propios becarios y al menos una empleada (Eva Mora Fernández). 

Imagen El Tomavistas

Fueron pasando los años y parecía que los chicos seguían firmes en sus convicciones, incluso en 2014 llegaron a dedicarnos un artículo de lo más imparcial a raíz de una campaña que hicimos en defensa del comercio local, pero se conoce que de ganas y objetividad no se come y poco a poco empezaron a virar su postura hasta el punto que nos empiezan a llegar noticias de que tanto en su digital, como en su programa de radio empiezan a mentarnos con asiduidad y repiten como cacatúas los mantras y bulos con el inconfundible sello de algún conocido ultra izquierdista (racistas, xenófobos, violentos...), sin aportar ningún tipo de prueba ni verdad. Además, parece que encuentran su nicho alimentando las causas de las que la izquierda de moda hace bandera, como los refugiados, el cantabrismo, ecologismo de todo pelaje, "lo público", los elegetebei… empiezan a transformarse en una especie de tablón público en el que copian toda la amalgama de mensajes de asociaciones y partidos de su cuerda sin el menor atisbo de filtro o crítica. Hasta el punto que desde que organizamos la Galerna en 2017 se erigen en los principales altavoces de todas estas asociaciones, sindicatos, partidos, asambleas y plataformas de izquierda y extrema izquierda para coartar nuestra libertad de expresión con la excusa de agitar los mantras antes citados.

La estrategia es simple, seguir las indicaciones de toda esta amalgama por medio de la presión a través de todos los medios y redes sociales a su disposición para que no podamos acceder a ningún espacio en el que expresarnos, ya sea público o privado. Incluso promocionando actos y manifestaciones en donde previamente habíamos hecho una convocatoria con el fin de presionar a la Delegación de Gobierno o a las entidades a las que alquilamos el espacio.

Que se enteran que vamos a dar unas conferencias de un hotel, allí están ellos para reproducir la campaña de coacciones y amenazas en forma de ciberfirmas,  e-mails, llamadas y comentarios negativos en redes sociales para que cedan a la presión y nos nieguen la sala que teníamos contratada y pagada.

Que vamos a hacer una charla de algún tema cultural en el Ateneo de Santander, del que somos socios de pleno derecho y pagamos cuotas religiosamente y donde hemos hecho casi una decena siempre con buena acogida de público y sin ningún problema, pues ya están los chicos de El Faradio politizando el asunto y tratando de asustar a sus administradores.

Que queremos hacer algo en una sala de la Universidad de Cantabria (como puede hacer cualquier asociación cultural que tenga algo que ofrecer), pues ya está de nuevo la pareja de El Faradio promocionando la campaña habitual para que nos la nieguen.

Que queremos hacer un acto o manifestación en la calle para proclamar la unidad de España poco después del referéndum, pues de nuevo los chicos de El Faradio hacen de voceros metiendo caña a delegación de gobierno para que no nos dejen hacerlo y promoviendo contramanifestaciones no autorizadas.

La verdad, estamos bastante curtidos y acostumbrados a críticas gratuitas, facilonas y vacías, pero detrás de las mismas siempre suele haber alguna tara o interés; y estos tipos, al menos al principio, no parecían responder a este patrón. Entonces, ¿Por qué la habrán tomado con nosotros los chicos de El Faradio? Pues gracias a la web contratosdecantabria.es hemos despejado nuestras dudas.

Nos ha dado por enredar un poco y resulta que a través de su productora New Media Cantabria S.L. aparecen nada menos que diez contratos por valor de 8.171€ por campañas de todo pelaje, desde publicitar sobaos y quesos hasta una “Campaña de Sensibilizacion sobre Derechos Humanos y Desarrollo Humano Sostenible en Radio y Prensa Digital” (ojo, aquí están solo en los contratos con el Gobierno de Cantabria desde 2016). Pero ya puestos, seguimos enredando y resulta que del Parlamento de Cantabria, también chupan desde 2014 cerca de 2.000€  al año entre la radio y el digital “para fomento del conocimiento del parlamento y las actividades parlamentarias”. A esto hay que sumar las subvenciones que pillan de los ayuntamientos, tanto directas como a través de otros entes como la Fundación Santander Creativa, con la que han apañado varias cosas, el Palacio de Festivales o sus  incursiones en el mundo de los cursillos (¿les suena de algo?) y talleres que se financian con dinero público, incluido uno sobre la verificación de bulos  (hay que tener la cara tremendamente dura).

Pero esto no es todo, lo mejor es que siguiendo enredando otro poco más, hemos llegado a quizás la verdadera razón por la que estos chicos nos atacan tanto, resulta que Eva Mora Fernández, la ex reportera de El Faradio, ha acabado colocada en el Ayuntamiento de Santander en un puesto de confianza (a dedo) por Unidas por Santander (marca podemita local) por la nada desdeñable cifra de 15.678,60€. Y la guinda del pastel, Guillém Ruisanchez de Isasi ha sido colocado a dedo por el grupo socialista de Santander en el Ayuntamiento como Auxiliar de comunicación a razón de 31.357,20 eurazos ¿Se acuerdan de lo de las puertas giratorias? De pasar de hacer ojitos a los podemitas cántabros cuando estaba de diputado José Ramón Blanco (curioso cómo le trataban de sacar la cara ante una acusación de acoso laboral tras meses de silencio sobre el asunto) al que seguían llevando a tertulias a pesar de los indicios apreciados por el juez a cambiar de chaqueta tras las primarias socialistas en las que Pablo Zuluaga (actual vicepresidente) derrotó a Eva Díaz Tezanos, empezó a fluir la pasta por otro lado y los arribistas siempre se apuntan al mejor caballo.

  
Pinchen y vean

Ahora es fácil entender por qué los chicos de El Faradio se volvieron con el tiempo tan feroces con nosotros, que financiamos toda con nuestra con nuestro dinero y que no chupamos ni un euro de dinero público; mientras eran serviles y dóciles con los poderosos que manejan los presupuestos, especialmente con los que a la postre les acabaron enchufando y estaban siempre prestos a seguir su agenda al dedillo.

Estamos hablando de un chiringuito de primera que se traga miles y miles de euros de dinero público todos los años, un dinero que gobiernos decentes seguramente deberían destinar a ayudar a quien lo necesite o a proveernos de una sanidad o una educación competentes; pero que gracias a chupopteros vendidos como los de El Faradio, se destinan a clientelizar a la prensa, a mantenerla mansa y atacar a quienes realmente no nos dejamos comprar. Desde que empezamos en esto tuvimos clara una premisa, la mano que da siempre está por encima de la mano que coge. Y es por ello que vosotros, Óscar y Guillém, solo sois unas marionetas del poder y nosotros, aunque seamos cuatro gatos y nos estrellamos cien veces con la misma piedra, podemos dormir con la conciencia plenamente tranquila.