¿Qué defendemos?


PUNTOS DE DEFENSA
 

1. Identidad.

La consecuencia más devastadora de la globalización ha sido la pérdida de identidad que supone la estandarización de los pueblos y de las culturas.

Todos los rasgos caracteres que han ayudado a conformarlos, están quedando en apenas unos años reducidos a cenizas en nombre del progreso y de la modernidad. Detrás de la llamada multiculturalidad se está perdiendo la verdadera esencia y riqueza de cada cultura, que radica precisamente en que sea propia y diferente.

Nosotros, orgullosos de nuestra herencia y de nuestro patrimonio, estamos decididos a dar batalla a quienes quieren quitarnos nuestras raíces y hacer olvidar lo que somos.

Nuestro ideal es la Reconquista, y lo vamos a llevar a cabo. Para poder seguir siendo lo que hemos sido siempre y que nuestros hijos también puedan serlo. 


2. Soberanía Nacional.

España ha de ser un estado libre, autosuficiente, fuerte y soberano, con capacidad para decidir por sí mismo sin verse sometido a la extorsión ni al chantaje de nada ni nadie, por lo que defendemos:

Dentro de nuestras fronteras: Eliminar el ineficaz, inoperativo e inútil sistema autonómico nacido en 1978 que supone la vertebración de una nación en diecisiete, recuperar las competencias fundamentales cedidas y emprender una descentralización más eficiente hacia la organización municipal, que hunde sus raíces en la época de la dominación romana.

Fuera de nuestras fronteras: Dejar de ser un protectorado de potencias extranjeras y salir de las alianzas que nada han aportado a los intereses nacionales, como la OTAN, con sus bases militares extranjeras en nuestro territorio, la UEM, que liquida nuestra soberanía monetaria o la UE, que nos ha impuesto el desmantelamiento de todo nuestro sistema productivo y tejido industrial para reducirnos a ser un país de servicios. Abogamos por impulsar una Europa que respete la soberanía y particularidad de las naciones pero a su vez, sea impulsora de un frente común para que pueda ser de nuevo una gran potencia que vuelva a situarnos a nivel geopolítico.

 
3. Tradición

La tradición es el conjunto de costumbres y manifestaciones que nuestro pueblo ha desarrollado a lo largo de la historia y es valioso y necesario mantener y transmitir a nuestros hijos para no perder esa parte indispensable de nuestro legado cultural.

Hoy, en nombre de la modernidad y el progreso, quieren relegar incondicionalmente el pasado al desprecio, y se deplora y destruye todo lo que provenga del mismo, como si fuese una serie de errores a no repetir.

Frente a esta peligrosa deriva nosotros abogamos por mantenernos fieles a todos esos vínculos que aún no están completamente abolidos y que dan sentido a nuestra existencia, recuperándolos, manteniéndolos y potenciándolos en la medida de lo posible. Porque como dijo G.K. Chesterton, “La Tradición es la transmisión del fuego, no la adoración de las cenizas”.


4. Lucha contra la Usura.

No es de extrañar que en estos tiempos en los que no existen valores más altos que el rendimiento, la producción ilimitada o la riqueza a toda costa; la desconsiderada brutalidad del interés que el carácter especulativo del capital bursátil y prestamista ejercen sobre nuestro pueblo sea considerado como una servidumbre lógica e indiscutible.

Nosotros creemos que es necesario retomar una cultura que valore el esfuerzo, el peligro, la responsabilidad y la lucha; y que nuestro Gobierno ponga a funcionar la economía en favor del pueblo y no de los capitalistas que les financian y mantienen en el poder; por lo que abogamos por la recuperación de la Ley de Represión de la Usura de 1908, por la que “Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso o en condiciones tales que resulte aquél leonino, habiendo motivos para estimar que ha sido aceptado por el prestatario a causa de su situación angustiosa, de su inexperiencia o de lo limitado de sus facultades mentales.”.


5. Batalla cultural.

Con un sistema educativo mediocre e ineficiente, una pseudo-cultura oficial instrumentalizada y politizada, una cultura tradicional traicionada y suplantada por sucedáneos paródicos y denigrantes y una cultura de masas ofrecida por los grandes medios de comunicación totalmente subordinada al interés económico, que fabrica las modas, estilos, ideas e ilusiones que convienen a los señores del dinero, no es de extrañar que haya generaciones enteras totalmente aborregadas, con personalidades indolentes y mostrencas que hablan de libertad e independencia pero que se comportan de manera gregaria cual fiel rebaño de ovejas y que han acabado odiando su propio ser y tendiendo a la autodestrucción de su pueblo.

Contra toda esta maquinaria en marcha, solo cabe plantar batalla en todos y cada uno de los medios que tenemos a disposición. Recuperar los clásicos, fomentar editoriales libres, organizar conferencias y charlas, aprovechar las nuevas tecnologías e introducirse en las grietas de sus propios medios para llevarles la contradicción a su terreno, porque la fuerza de la verdad y de la razón es mucho más potente y eficaz si están universalizadas.


6. Medio Ambiente.

La pérdida de respeto por la naturaleza y la devastación ambiental son fenómenos que han ido  asociados al avance de las ideologías materialistas y sus necesidades de consumo. Con el progreso como bandera han exprimido la Tierra hasta la extenuación y la han convertido en un cubo de basura contaminado.  Su educación y su cultura son una de las principales causas de degradación del medio ambiente.

Nosotros creemos en una concepción tradicional de la vida y reafirmamos la primacía del espíritu sobre la materia, del ser sobre el tener, de la cultura sobre la economía, de la dignidad humana sobre las máquinas, y del poder del individuo sobre el bombardeo mediático al que se ve sometido. Por todo ello creemos que urge restablecer una relación orgánica del hombre con la naturaleza, contemplando el decrecimiento atendiendo a los límites que nos imponga.

Y como dice el ambientalista Rutilio Sermonti “Ama y cuida la naturaleza: orden maravilloso de lo creado y de lo cual también tú eres parte inseparable, y combate con todas tus fuerzas a los criminales que -con la pretensión de dominarla- la atormentan”.


7. Libertad de expresión.

En nuestros días, son los abanderados de la libertad y de la democracia los que se encargan de establecer leyes para poder controlar y vigilar lo que debemos o no debemos decir y lo que debemos o no debemos pensar. Son ellos los que han creado los delitos de pensamiento, los que pretenden que no se pueda investigar sobre los acontecimientos históricos que les conviene, los que secuestran y queman libros a conveniencia y los autores de la llamada Ley Mordaza, que pretende que el pueblo a modo rebaño permanezca pasivo y obediente.

Nosotros creemos firmemente en la libre difusión de ideas y en la posibilidad de que cada cual pueda tener derecho a expresarse, opinar, manifestarse o informarse  por cualquier medio de su elección y gusto sin tener por ello que ser molestado o reprimido, incluso, creemos en la libertad de expresión para nuestros adversarios, porque si no, no sería realmente libertad de expresión.

  
8. Justicia Social.

Se tiende  a considerar la justicia social como el otorgamiento de determinados derechos o bienes materiales, por parte de gobiernos, administraciones o partidos de manera que están más cerca de lo que es la caridad o la compra de voluntades, que de lo que verdaderamente significa ese concepto, que no puede ser fruto de regateos y que debe alcanzar a todos los españoles por españoles y no por su condición, origen o clase social, que para nosotros no existen. Sólo un estado fuerte puede garantizar esa justicia que es, sin duda, la meta principal de un pueblo soberano y debe ser obra de todos para que a todos alcance.

Debemos ser conscientes de que el bienestar del pueblo es la suma de los bienestares de cada individuo y por ello rechazamos tanto el liberalismo y su instrumento económico, el capitalismo, cuyos pretendidos derechos no pasan del papel en el que están escritos y donde a la gente no se la obliga a nada pero se la asedia por hambre, como el socialismo y el comunismo que, deshumanizando al hombre y anulando su espiritualidad no busca ya la justicia sino la venganza.


9. Frente a la droga.

Desde hace unas décadas, la droga se ha convertido en un fenómeno de masas. Algo tan común, cercano e integrado en la sociedad, que se tiende a banalizarlo como algo intrínseco a la misma. El consumo y el tráfico se ven como algo normal y todo el mundo da por hecho que de una u otra hay gente en todos los estamentos de poder involucrada en el negocio que hay detrás.

Nosotros no solo rechazamos frontalmente las drogas porque crean dependencia, obnubilan el cerebro y atrofian el cuerpo. Además del drama personal, son también una condena para la familia y para la propia comunidad.

Las drogas son un arma del poder para frenar las disidencias, un instrumento de atontamiento y control, pudren de raíz todo lo sano de nuestras entrañas y arrancan la personalidad de nuestra juventud.

Nosotros queremos luchar por una sociedad libre de drogas y de todo el sucio negocio que sustentan. Preferimos estar conscientes y que nuestro pueblo también lo esté.

No necesitamos la medicina del sistema.


10. Lucha por el futuro.

Si no se invierte la tendencia, estamos abocados a un futuro desolador. Cada día nacen menos niños españoles y estamos a un abismo de garantizar la reposición poblacional  mientras el Estado no solo no promueve ningún tipo de medida de fomento de la natalidad para paliar esta auténtica catástrofe demográfica, sino que ni siquiera lo considera un problema y se da por satisfecho manteniendo las estadísticas con población foránea a la que se ha regalado masivamente la nacionalidad.

Mientras tanto, la juventud, la supuesta generación mejor preparada, totalmente desprotegida por el Estado se ve condenada al exilio mientras millones de personas venidos de todas partes del mundo ocupan los trabajos que les corresponden y se llevan las ayudas que ellos necesitan. El acceso a cosas tan básicas e indispensables como el estudio, el trabajo, la vivienda o formar una familia se han convertido en un auténtico lujo al alcance de muy pocos. Por todo ello, estamos condenados a luchar.

La batalla por el futuro comienza ahora.

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