Hace casi dos semanas la prensa nacional e internacional se hacía eco del descubrimiento de la acreditación de periodista del escritor y aviador francés Antoine de Saint Exupéry expedido por las autoridades del Madrid rojo en el año 1937. El descubrimiento se hizo en el Archivo de Salamanca y el descubridor fue Policarpo Sánchez, investigador y abanderado de la defensa del citado archivo frente a la voracidad destructiva de la Generalidad de Cataluña.
Por lo general, el tono de los artículos que se han referido a este descubrimiento han sido más que correctos con el descubrimiento propiamente dicho y con el descubridor pero llegó El Diario Montañés para poner la nota discordante. En el diario de papel del día 7 de julio, o sea, tarde, mal y a destiempo, nos encontramos un artículo a página completa firmado por un tal Borja Olaizola, redactor del Diario Vasco, en el que hace una glosa del escritor francés a partir del descubrimiento de la credencial. Sin entrar a valorar el fondo del artículo hay un aspecto que chirría desde el principio. No hay que ser un periodista muy avezado para comprender que al hablar de un descubrimiento hay dos factores esenciales, uno es el hecho descubierto y su utilidad y circunstancia, y el otro, el autor de ese descubrimiento; su identidad, sus circunstancias y sus explicaciones. Según Olaizola el documento “acaba de ser hallado”, sin especificar si fueron las empleadas de la limpieza a las que pudo llamarles la atención un papel amarillento en una papelera o si acaso la tarjeta calzaba alguna mesa coja que hubiera sido sustituida por otra sin minusvalía.
Es una pena que El Diario Montañés se limite a importar un articulito de un reportero del Grupo Editorial cuando apenas dos semanas antes tuvo la oportunidad de tener a su disposición al descubridor en persona y ni siquiera se dignó en incluir en su agenda la conferencia que Policarpo Sánchez celebró en el Ateneo de Santander. Claro que a lo mejor el problema no era el investigador.
Pues eso señores, el descubridor es Policarpo Sánchez, defensor de su patrimonio, de nuestro patrimonio; defensor con uñas y dientes de nuestro legado frente a la canalla separatista que busca, como así han reconocido las más altas instancias de esa cuadrilla de sediciosos que forman la Generalidad, la destrucción de nuestra historia y de los documentos que la certifican. Por lo que se ve, en el Diario Montañés interesa más que Alonso le haya quitado una novia a Rossi. Para lo que hemos quedado.