Hoy se cumplen 22 años del atentado terrorista más trágico y sangriento de Cantabria. Los responsables son los mismas ratas que hoy en día gobiernan en la Delegación de Guipúzcoa y tienen representación en decenas de municipios de Vascongadas y Navarra.
El atentado se esperaba desde días atrás, pues las fuerzas de seguridad se encontraban en alerta ante la previsión de atentados de ETA. Además de los tres muertos, resultaron gravemente heridos los dos agentes que viajaban en... el furgón policial: Benito Sáiz Corral, de 50 años, que sufrió fracturas múltiples en las extremidades y heridas en cara y cuerpo, y Francisco Vega Cumplido, de 40 años, intervenido quirúrgicamente de hundimiento craneal. Otras 18 personas sufrieron lesiones de diversa consideración.
La explosión resultó tan fuerte, que alrededor de veinte vehículos sufrieron graves desperfectos, quedando algunos en estado de siniestro total. La furgoneta policial objetivo del atentado tenía el techo enteramente destrozado y a ambos lados de la carrocería había decenas de impactos producidos por la metralla. El Diario Montañés, que tenía a apenas 30 metros del lugar sus instalaciones, sufrió la rotura de las ventanas por la explosión. Siete inmuebles sufrieron daños, con varios pisos parcialmente destruidos por el artefacto, oído a casi un kilómetro de distancia.
Desde nuestra asociación siempre estaremos del lado de las victimas del terrorismo, nunca las dejaremos de lado ni caerán en el olvido.
El atentado se esperaba desde días atrás, pues las fuerzas de seguridad se encontraban en alerta ante la previsión de atentados de ETA. Además de los tres muertos, resultaron gravemente heridos los dos agentes que viajaban en... el furgón policial: Benito Sáiz Corral, de 50 años, que sufrió fracturas múltiples en las extremidades y heridas en cara y cuerpo, y Francisco Vega Cumplido, de 40 años, intervenido quirúrgicamente de hundimiento craneal. Otras 18 personas sufrieron lesiones de diversa consideración.
La explosión resultó tan fuerte, que alrededor de veinte vehículos sufrieron graves desperfectos, quedando algunos en estado de siniestro total. La furgoneta policial objetivo del atentado tenía el techo enteramente destrozado y a ambos lados de la carrocería había decenas de impactos producidos por la metralla. El Diario Montañés, que tenía a apenas 30 metros del lugar sus instalaciones, sufrió la rotura de las ventanas por la explosión. Siete inmuebles sufrieron daños, con varios pisos parcialmente destruidos por el artefacto, oído a casi un kilómetro de distancia.
Desde nuestra asociación siempre estaremos del lado de las victimas del terrorismo, nunca las dejaremos de lado ni caerán en el olvido.
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