Triste, patético y bochornoso. España una vez más en su grotesco papel
de mamporreros de yanquis, franceses y piratas ingleses. Para eso hemos
quedado. Los americanos, cuya economía está basada ya casi
exclusivamente en la guerra han optado por una nueva vía, la de que sean
sus fuerzas “irregulares” las que combatan en suelo enemigo para ellos.
Se entrena y pertrecha a terroristas de toda laya y condición para que
hagan la tarea sucia y cuando no son capaces de llevarla adelante se
desata el infierno desde la comodidad del portaaviones, de la fragata o
del submarino de turno para anular la capacidad bélica del estado
víctima y devolver la iniciativa a la recua de asesinos que componen
esas supuestas fuerzas de liberación, capaces de las mayores
aberraciones que ser humano pueda imaginar. En esta tesitura, las
fuerzas regulares americanas se ven en la obligación de ayudar a Al
Qaeda, su más provechoso invento, y a la demás turba de criminales que
van siendo derrotados sin prisa pero sin pausa. La excusa una ridícula
historia de uso de agentes químicos, de la que no hay ninguna prueba
fehaciente y que de existir tiene todos los visos de haber sido llevada a
cabo por los propios servicios secretos americanos, bien directamente o
a través de sus aliados en la zona, Israel, Arabia Saudí o Qatar. Como
apuntó el propio presidente ruso, carece de sentido que cuando van
ganando la guerra, las autoridades sirias se dediquen a gasear unas
cuantas mujeres y niños. La excusa es lo de menos, sólo es maquillaje
para darle buena apariencia al cadáver.
Lo que han cambiado los
tiempos, cuando Nixon visitó España para intentar embarcarnos en la
aventura de Vietnam, recibió del entonces Jefe del Estado una negativa,
además del consejo de que aquella era una guerra que los USA tenían
perdida, como así fue. Hoy basta el chasquear de dedos del inquilino de
la Casa Blanca para que nuestro gobierno pequeñito, enano, salte y haga
el pino con las orejas. Nada que ver con la democracia, nada que ver
con los Derechos Humanos, nada que ver con la dignidad de las personas y
la independencia de las naciones; sólo sumisión perruna a quien
organiza, mantiene y protege al terrorismo internacional que masacra a
los cristianos allí donde los encuentra, que arruina naciones allí donde
se le indica. A Mariano Rajoy le ha venido Dios a ver con el apoyo de
los socialistas españoles a lo que diga su colega franchute. No habrá
pues, presiones de paniaguados titiriteros ni cartelitos del “No a la
guerra”. Ante tamaño desafuero, el gobierno español, formado por
personas totalmente ayunas en materia histórica, no se le ha ocurrido
otra cosa que mandar a tan bajuna acción a la Fragata F-103, “Blas de
Lezo”. Es de tal grosería enviar a compadrear con los británicos al
buque que ostenta el nombre del heroico marino guipuzcoano que consumió
su vida y su cuerpo dándoles la del pulpo a los filibusteros de su poco
graciosa majestad que se hace difícil soportar tanto bochorno. Con lo
bien que habrían quedado mandando la F-102 “Don Juan de Borbón”.
Que después de tantos años de paz hayan tenido que venir los demócratas a mantenernos en guerra permanentemente es para que la gente se parase a reflexionar.
Moroto
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