Buenas tardes a todos. Como colofón a la campaña que la Asociacion
Cultural Alfonso I de Cantabria viene desarrollando en apoyo del
comercio local, queremos remover conciencias para que todos podamos y
podáis comprender la importancia de que mantener vivo y pujante el
pequeño comercio local es indispensable, imprescindible para una
convivencia social viva y enriquecedora.
Hemos sido testigos de que la incorporación de España a la Unión Europea ha sido para todos nosotros un negocio ruinoso, negocio que acabo con buena parte de la industria y convirtió nuestra ganadería de sector referente a prácticamente residual. Los que pertenecemos a este municipio sabemos perfectamente cuantas pequeñas y medianas ganaderías había en nuestros pueblos, en Maoño y Prezanes, en Bezana o Azoños, en Soto de la Marina y cuantas hay ahora.
No hay que estudiar economía para saber que unos sectores primario y secundario equilibrados y pujantes hacen del sector servicios la tercera pata del taburete que genera y demuestra la riqueza de los pueblos y las naciones. Hoy, la industria ha huido de Cantabria y la ganadería, como decíamos, emplea a muy poca gente y eso hace que escasee el dinero y por tanto que el comercio se resienta. Toda esta situación, agravada por una crisis que comenzó como financiera y que ha alcanzado hasta los últimos rincones del país, convirtiendo a la clase media en la verdadera sacrificada en aras a una parece que lejana recuperación. El hecho de que miles de locales comerciales echen el cierre implica menos ingresos para el estado y administraciones públicas a través de distintas tasas impositivas, implica pérdida de puestos de trabajo y por tanto de riqueza que significa, a su vez, menos dinero para gastar en el comercio superviviente, e implica un claro empeoramiento en las condiciones de vida de los barrios, no en vano es el comercio el que da alegría a calles y barrios, el que transfunde la sangre que facilita y mejora la convivencia. Bezana es un municipio amplio con pueblos separados y puede no apreciarse esta consecuencia con claridad, pero os invito a que prestéis atención cuando vayáis a Santander a calles que fueron claramente comerciales, como Cisneros, Guevara y muchas otras que antes estaban siempre concurridas y hoy casi desérticas. Los carteles de se vende, se alquila o se traspasa son el único paisaje de zonas que a veces parecen ya de guerra. Incluso el valor de las viviendas particulares se deprecia en esta situación aun más que en circunstancias normales.
Tenemos claro que nosotros no podemos decidir la instalación de industrias en nuestra región o en nuestro municipio; también somos conscientes de que los tiempos en que agricultura y ganadería daban trabajo a miles de personas pasaron y montar una explotación láctea hoy no está al alcance de cualquiera, además de que la banca no está por la labor de financiar a los españoles a los que han llevado a la ruina. Pero si hay algo que podemos hacer, sí hay algo que está en nuestras manos y es gastar el poco o mucho dinero que banqueros y políticos nos han dejado en las tiendas de nuestros paisanos, en los comercios que a su vez pondrán el dinero en circulación dentro del circuito económico local, regional y nacional. Los pequeños comerciantes son nuestros vecinos y muchas veces nuestros amigos. El beneficio que obtienen no solo redunda en ellos, sino en toda la comunidad; la supervivencia de nuestro comercio dará vida a nuestros barrios y ciudades y ayudara a superar la crisis. Frente a esto tenemos las grandes superficies, que gozan de muchas mejores condiciones fiscales y subvenciones otorgadas por municipios miopes que creen que el hecho de crear un numero más o menos importante de puestos de trabajo que pasada la novedad se convierten irremediablemente en muchos menos es más importante que la consolidación de muchos pocos. Las grandes superficies practican una competencia muchas veces desleal para con el pequeño comercio que acaba ahogándolo irremediablemente. Los beneficios de esas superficies se reparten entre accionistas y en muchos casos no se quedan en Cantabria y ni siquiera en España.
Capítulo aparte
merecen los macro negocios chinos. Verdaderos almacenes de todo tipo de
productos de poca o nula calidad, montados desde hace años con un trato
fiscal absolutamente rechazable y discriminatorio para con los
comerciantes locales. Hoy siguen apareciendo y creciendo con
financiación salida de la propia comunidad china, mano de obra venida
del mismo país y beneficios que en su mayoría vuelven al país de origen o
son dedicados a comprar el patrimonio español a precio de saldo
aprovechando la crisis. Gastar nuestro dinero en estos comercios y en
las grandes superficies colabora a nuestro empobrecimiento de hoy y de
mañana. El ahorro que creemos estar consiguiendo es la garantía de
nuestra ruina del futuro. Por ello, lo que os pedimos es que seáis
conscientes de que este puede ser un sacrificio que tenemos que hacer y
que puede costarnos pero será una inversión muy provechosa para nuestro
futuro y para el de nuestros hijos. No venimos aquí para deciros si
este, el otro o todos los partidos son responsables de nuestra
situación, venimos para que comprendáis que con vuestro sacrificio y
generosidad podéis garantizar a vuestros hijos una vida más humana en
vuestros barrios y mas enriquecedora.
Por ello no dudéis en apoyar a muerte a vuestro comercio local.
Muchas gracias.