No
es la primera vez que esta emisora se refiere a la Asociación Cultural
Alfonso I de manera sesgada, falaz y malintencionada, pero la semana
pasada rebasó el límite de lo tolerable. Ante expresiones basadas en la
ignorancia, la mala fe o ambas cosas remitimos el siguiente comunicado
al que varios días después ni siquiera se han dignado en contestar
haciendo gala de muy poca educación y de manifiesta mala fe como
suponíamos. Es por ello, que hacemos público dicho comunicado para que
nadie se llame a engaño y vea que Buenas Tardes Cantabria, de MIX FM
prefiere las estupideces sin fundamento de un obsesionado presunto
delincuente a día de hoy que el contraste de la información y el derecho
a la réplica de las personas y entidades:
Estimados Sres. Guillem Ruisánchez y Oscar Allende, me pongo en contacto con usted para ejercer el legítimo derecho de réplica que me asiste ante las medias verdades o directamente falsedades vertidas en su programa del pasado jueves, que al parecer no es el primero, sobre las actividades y carácter de la Asociación Cultural Alfonso I que tengo el honor de presidir.
En primer lugar llama la atención que para referirse a una asociación legalmente constituida y registrada en el Registro de Asociaciones de Cantabria no se dirijan ustedes directamente a ella a través de cualquiera de los medios posibles, entre ellos el teléfono 695523178 en el que con mucho gusto les aclararemos cualquier tipo de duda o curiosidad que puedan tener.
Es una falacia decir que la Asociación Alfonso I es de “corte” falangista cuando menos del 10% de sus integrantes profesa esa ideología, por cierto legal como demuestra la existencia de varios partidos con dicha denominación, todos ellos registrados en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior.
Por otro lado, demuestra una ignorancia supina sobre ciertas instituciones y su funcionamiento el hecho de que se comparen las conferencias de estricto contenido cultural, presentación de libros en su mayor parte, que esta asociación desarrolla en el Ateneo de Santander con que a un grupúsculo marginal no se le deje el disfrute del salón de actos de esa institución para la celebración de un aquelarre pseudo político más propio de una taberna que lo que se supone es un espacio cultural. La Asociación Cultural Alfonso I es miembro de pleno derecho del Ateneo de Santander y está al día en sus cuotas por lo que está perfectamente legitimada para desarrollar allí cualquier acto de carácter cultural que cumpla con los requisitos de calidad, oportunidad y observación de las normas internas que rigen el Ateneo.
Sorprende, cuando menos, que para comentar, o mejor dicho mostrar sesgadamente las actividades de esta asociación se pongan en contacto con un sujeto llamado Diego San Gabriel López, presunto delincuente a día de hoy y del que es conocida su manía persecutoria hacia esta asociación y sus componentes hasta llegar a límites absolutamente patológicos. Resulta deplorable que este licenciadillo de tercera división se permita el lujo de llamar pseudo historiador a quien más libros sobre historia contemporánea ha vendido en España tachándole de revisionista, cuando esa es una cualidad que sólo ha acompañado a los supuestos antifranquistas especialistas en dar lanzadas a moro muerto.
La Asociación Alfonso I lleva a cabo ciclos de conferencias con acento más marcadamente político en espacios públicos utilizables a tal efecto o en espacios privados pagados con nuestros propios fondos, por eso es incierto que haya habido hoteles que se hayan negado a acoger dichos eventos como mintió San Gabriel López; lo que ocurre es que algunos se volvieron atrás después de recibir amenazas en forma de correos electrónicos por parte del referido licenciadillo y sus compañeros de recua. Es pues, el uso de métodos gansteriles, muy propios de un presunto delincuente, lo que podía suponer algún freno a nuestra actividad, que finalmente no se materializaba porque a la amenaza, la violencia y la mentira siempre hemos respondido con el trabajo, el valor y el compromiso.
Las indemostradas acusaciones de este sujeto que dice representar a un chiringuito compuesto por medio centenar de otros chiringuitos menores en cuya foto de presentación no llegaban a la treintena de personas, sobre fobias y más fobias recogidas en el vigente código penal y nunca denunciadas donde corresponde, en sede judicial, demuestra la catadura moral de este mediocre acostumbrado a tratar a asesinos por la espalda como luchadores por la “libertad”, a calificar a una persona que se pasó 532 días encerrada en una celda poco mayor que la caseta de un perro por obra y gracia de sus “luchadores” de “ex carcelero”, por su condición de funcionario de prisiones. Y así hasta el infinito. Como colofón ahora pretende involucrar a cualquier desprevenido para hacerle el caldo gordo en lo que llama una “manifestación pacífica” que ha derivado en que un Juez aprecie indicios de delito y es que como hasta ahora él y sus colegas han gozado siempre de cierta impunidad, no importando las bravatas, los insultos o las amenazas que vertían, eso sí, siempre en manada, ahora le entra el canguelo porque en el fondo es un pobre hombre que de revolucionario no tiene ni la pose. Incapaz hasta el momento de conseguir una plaza en propiedad para la enseñanza se contenta con dar de vez en cuando a sus indocumentados colegas alguna charlita sobre salteadores de caminos, secuestradores, asesinos y ladrones de gallinas; eso sí, mientras desprecia a alguien que vende libros políticamente no correctos por decenas de miles.
La actuación de la Asociación Cultural Alfonso I es clara y meridiana; todos sus documentos, publicidad y mensajes llevan su firma y de ellos respondemos y por supuesto rechazamos cualquier acusación carente de fundamento y que en ocasiones llegan al ridículo, como decir que se es xenófobo y a la vez mantener contactos con grupos o gentes de otros países. Nuestra postura frente a la inmigración masiva y descontrolada es de estricto sentido común, compartible o no, pero difícilmente refutable. No somos responsables de que la izquierda más cutre y casposa, la izquierda más indocumentada, la que se califica a sí misma de nacionalista e internacionalista al mismo tiempo, la que se caracteriza por una marcada endofobia, una acusada carencia afectiva hasta el punto de renegar de su `patria y sus símbolos y que profesa una repugnante falta de higiene, no sólo en lo personal, algo que puede arreglar el agua, sino en lo espiritual, con una falta de valores realmente sorprendente que les hace no ir más allá del mero slogan y así, nos encontramos a unos infumables redentores de la “clase obrera” que no tienen cien días cotizados a la Seguridad Social entre todos.
Sin intención de robarle más tiempo estamos a su disposición para darle las oportunas explicaciones sobre cualquiera de nuestras actividades, incluidas la Primavera Montañesa o la Galerna 2014, que repetirá este año. No se fíen de pseudo historiadores a la vez que pseudo investigadores que yerran cuatro de cada tres palabras que vomitan, hasta el punto de repetir en antena el gazapo que se coló en el cartel anunciador de la última conferencia sobre Blas de Lezo, éxito de público, de un público ávido en conocer sus orígenes, su historia, de sentirse portadores de la herencia de personajes y gentes que hicieron de España la cumbre del logro humano por más que hoy sean silenciados, escondidos y, como en el caso del presunto delincuente San Gabriel López y Cía, desconocidos o negados.
SINFORIANO BEZANILLA.
Presidente de la Asociación Cultural Alfonso I de Cantabria.
Estimados Sres. Guillem Ruisánchez y Oscar Allende, me pongo en contacto con usted para ejercer el legítimo derecho de réplica que me asiste ante las medias verdades o directamente falsedades vertidas en su programa del pasado jueves, que al parecer no es el primero, sobre las actividades y carácter de la Asociación Cultural Alfonso I que tengo el honor de presidir.
En primer lugar llama la atención que para referirse a una asociación legalmente constituida y registrada en el Registro de Asociaciones de Cantabria no se dirijan ustedes directamente a ella a través de cualquiera de los medios posibles, entre ellos el teléfono 695523178 en el que con mucho gusto les aclararemos cualquier tipo de duda o curiosidad que puedan tener.
Es una falacia decir que la Asociación Alfonso I es de “corte” falangista cuando menos del 10% de sus integrantes profesa esa ideología, por cierto legal como demuestra la existencia de varios partidos con dicha denominación, todos ellos registrados en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior.
Por otro lado, demuestra una ignorancia supina sobre ciertas instituciones y su funcionamiento el hecho de que se comparen las conferencias de estricto contenido cultural, presentación de libros en su mayor parte, que esta asociación desarrolla en el Ateneo de Santander con que a un grupúsculo marginal no se le deje el disfrute del salón de actos de esa institución para la celebración de un aquelarre pseudo político más propio de una taberna que lo que se supone es un espacio cultural. La Asociación Cultural Alfonso I es miembro de pleno derecho del Ateneo de Santander y está al día en sus cuotas por lo que está perfectamente legitimada para desarrollar allí cualquier acto de carácter cultural que cumpla con los requisitos de calidad, oportunidad y observación de las normas internas que rigen el Ateneo.
Sorprende, cuando menos, que para comentar, o mejor dicho mostrar sesgadamente las actividades de esta asociación se pongan en contacto con un sujeto llamado Diego San Gabriel López, presunto delincuente a día de hoy y del que es conocida su manía persecutoria hacia esta asociación y sus componentes hasta llegar a límites absolutamente patológicos. Resulta deplorable que este licenciadillo de tercera división se permita el lujo de llamar pseudo historiador a quien más libros sobre historia contemporánea ha vendido en España tachándole de revisionista, cuando esa es una cualidad que sólo ha acompañado a los supuestos antifranquistas especialistas en dar lanzadas a moro muerto.
La Asociación Alfonso I lleva a cabo ciclos de conferencias con acento más marcadamente político en espacios públicos utilizables a tal efecto o en espacios privados pagados con nuestros propios fondos, por eso es incierto que haya habido hoteles que se hayan negado a acoger dichos eventos como mintió San Gabriel López; lo que ocurre es que algunos se volvieron atrás después de recibir amenazas en forma de correos electrónicos por parte del referido licenciadillo y sus compañeros de recua. Es pues, el uso de métodos gansteriles, muy propios de un presunto delincuente, lo que podía suponer algún freno a nuestra actividad, que finalmente no se materializaba porque a la amenaza, la violencia y la mentira siempre hemos respondido con el trabajo, el valor y el compromiso.
Las indemostradas acusaciones de este sujeto que dice representar a un chiringuito compuesto por medio centenar de otros chiringuitos menores en cuya foto de presentación no llegaban a la treintena de personas, sobre fobias y más fobias recogidas en el vigente código penal y nunca denunciadas donde corresponde, en sede judicial, demuestra la catadura moral de este mediocre acostumbrado a tratar a asesinos por la espalda como luchadores por la “libertad”, a calificar a una persona que se pasó 532 días encerrada en una celda poco mayor que la caseta de un perro por obra y gracia de sus “luchadores” de “ex carcelero”, por su condición de funcionario de prisiones. Y así hasta el infinito. Como colofón ahora pretende involucrar a cualquier desprevenido para hacerle el caldo gordo en lo que llama una “manifestación pacífica” que ha derivado en que un Juez aprecie indicios de delito y es que como hasta ahora él y sus colegas han gozado siempre de cierta impunidad, no importando las bravatas, los insultos o las amenazas que vertían, eso sí, siempre en manada, ahora le entra el canguelo porque en el fondo es un pobre hombre que de revolucionario no tiene ni la pose. Incapaz hasta el momento de conseguir una plaza en propiedad para la enseñanza se contenta con dar de vez en cuando a sus indocumentados colegas alguna charlita sobre salteadores de caminos, secuestradores, asesinos y ladrones de gallinas; eso sí, mientras desprecia a alguien que vende libros políticamente no correctos por decenas de miles.
La actuación de la Asociación Cultural Alfonso I es clara y meridiana; todos sus documentos, publicidad y mensajes llevan su firma y de ellos respondemos y por supuesto rechazamos cualquier acusación carente de fundamento y que en ocasiones llegan al ridículo, como decir que se es xenófobo y a la vez mantener contactos con grupos o gentes de otros países. Nuestra postura frente a la inmigración masiva y descontrolada es de estricto sentido común, compartible o no, pero difícilmente refutable. No somos responsables de que la izquierda más cutre y casposa, la izquierda más indocumentada, la que se califica a sí misma de nacionalista e internacionalista al mismo tiempo, la que se caracteriza por una marcada endofobia, una acusada carencia afectiva hasta el punto de renegar de su `patria y sus símbolos y que profesa una repugnante falta de higiene, no sólo en lo personal, algo que puede arreglar el agua, sino en lo espiritual, con una falta de valores realmente sorprendente que les hace no ir más allá del mero slogan y así, nos encontramos a unos infumables redentores de la “clase obrera” que no tienen cien días cotizados a la Seguridad Social entre todos.
Sin intención de robarle más tiempo estamos a su disposición para darle las oportunas explicaciones sobre cualquiera de nuestras actividades, incluidas la Primavera Montañesa o la Galerna 2014, que repetirá este año. No se fíen de pseudo historiadores a la vez que pseudo investigadores que yerran cuatro de cada tres palabras que vomitan, hasta el punto de repetir en antena el gazapo que se coló en el cartel anunciador de la última conferencia sobre Blas de Lezo, éxito de público, de un público ávido en conocer sus orígenes, su historia, de sentirse portadores de la herencia de personajes y gentes que hicieron de España la cumbre del logro humano por más que hoy sean silenciados, escondidos y, como en el caso del presunto delincuente San Gabriel López y Cía, desconocidos o negados.
SINFORIANO BEZANILLA.
Presidente de la Asociación Cultural Alfonso I de Cantabria.
¡Qué grande eres Sinforiano!!
ResponderEliminarGracias a Dios tenemos un faro en medio de la oscuridad en Cantabria. Gracias por vuestro esfuerzo, y contar con el apoyo de quienes os acaban de conocer.
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