domingo, 29 de abril de 2012

Cántabros ilustres: Juan de la Cosa


Juan de la Cosa nació en Santoña, alrededor del año 1460, en aquella época en que todavía existía la incertidumbre  sobre la extensión, orografía y culturas de las tierras que componían el mundo. Nació en aquella época en donde algunos hombres, empujados por ese ardor aventurero, por las ganas de figurar en los anales de la historia, se lanzaban a los mares sin saber siquiera si podrían volver.

Hasta el año 1488 no se sabe mucho de su vida, pero se entiende que fue adquiriendo experiencia como navegante por nuestro mar cantábrico.

En 1492 acompañó a Colón en la Primera Expedición, la del Descubrimiento, ya que era el propietario y maestre de la primera de las naos: la Santa María. ¿Os imagináis de lo que pudo suponer esto para un hombre? ¿Alguien podría imaginar lo que supone haber sido parte de semejante episodio? Me imagino que no, pero bueno, trasladado a hoy en día y pasado por el filtro de los valores actuales (para que nos entienda la gente más moderna que nosotros), sería como si en Hombres Mujeres y Viceversa te eligen como tronista.

En dicha expedición Juan perdió su nave, acusándole Colón de haberlo hecho a propósito. Más tarde se demostró que era mentira, y la reina Isabel le compensó económicamente por dicha pérdida. A pesar de esa pequeña tirantez con el almirante genovés, le acompañó en la Segunda Expedición (1493 – 1496), esta vez como cartógrafo, demostrando que su amistad no se había roto.

El 18 de mayo de 1499 partió de Sevilla como piloto mayor en la expedición de Alonso de Ojeda, en la que se exploraron la desembocadura del Orinoco, el Cabo de la Vela, la Isla de Margarita, etc. En esta expedición fue herido por una flecha que le lanzaron los indígenas. Fue a la vuelta de este viaje, en el año 1500, cuando hizo su famosa “Carta-mapamundi” donde figuraban todas las tierras descubiertas por Colón, los Pinzones, Ojeda, Cabotto e incluso las africanas de Vasco de Gama.  Este fue plasmado en un pergamino de forma ovalada, de 183x96 cm que se conserva en el Museo Naval de Madrid, y llama la atención por la tremenda fidelidad con que se delimitó el trazado geográfico de las zonas descubiertas.

En el año 1509 emprendió su séptimo y último viaje, en el que inició una expedición de conquista con Ojeda. Juan de la Cosa le propuso crear una colonia en el golfo de Urabá (actual Colombia), pero sin molestar a una tribu que estaba asentada un poco más al interior. Sin embargo, Ojeda hizo caso omiso de esta propuesta, y se internó atacando a los indios y avanzando hasta que, en un giro inesperado y a causa del gran número de ellos, se vio rodeado y sin salida. En este momento, en un arrebato de valor sin igual apareció Juan, quien consiguió salvarle la vida a costa de dar la suya propia a fuerza de flechazos envenenados de los indígenas. 

Y llegados a este punto es cuando nos asalta la gran reflexión: ¿cómo ha evolucionado el sistema de valores imperante desde hace unos siglos hasta ahora? ¿De qué manera se han ido sustituyendo aquellas viejas y nobles ideas por las que hoy se tienen como normales? ¿De veras hemos evolucionado, o simplemente el progreso material y tecnológico ha encubierto una involución?

J.C.

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