Es indignante que al utilizar el cada vez más caro Servicio Público de Autobuses de Santander tengamos que tragarnos toda la propaganda del Ayuntamiento a través de unas pantallitas que machaconamente repiten para el que quiera y no quiera mirar las últimas astracanadas que salen del consistorio (Centro Botín, Anillo Cultural…), suponemos que con el objetivo de “informar a la ciudadanía” de las novedades de la ciudad (y ya que estamos, vender la moto y hacer un poco auto-propaganda para tener al personal contento, con el voto siempre en mente, claro).
Algunos aún recordamos cuando en los autobuses públicos la gente iba hablando, charlando y departiendo. Ahora nadie se relaciona, nadie se conoce, los que no van atontados mirando el móvil, están a las pantallitas institucionales, caso aparte, la población alóctona, que ni se relaciona ni se quiere relacionar ¿No hubiera sido mejor ahorrarnos el coste de las pantallitas y de la producción de los vídeos publicitarios y dejar que la gente se relacione y no tener que subir cada dos por tres el precio de los billetes?
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